La jornada sobre las dificultades en la deglución en estos grupos de pacientes contó con la participación de casi 100 profesionales de la salud. Se estima que un 80 por ciento de las y los pacientes con condiciones crónicas y/o discapacidad presentan trastornos en la alimentación.
Un equipo interdisciplinario del Garrahan, encabezado por el servicio de Nutrición, organizó el viernes un encuentro presencial y virtual para actualizar temas sobre prevalencia, forma de presentación y diagnóstico de las dificultades en la deglución de niñas, niños y adolescentes con trastornos del espectro autista (TEA) y parálisis cerebral (PC). Es la primera vez que se realiza enfocada en pacientes con estas condiciones.
La jornada “La hora de comer: una mirada interdisciplinaria en infancias con TEA y PC”, se realizó con el objetivo de brindar herramientas de evaluación y soporte nutricional desde el abordaje interdisciplinario y con un enfoque de terapia ocupacional y fonoaudiología. Además, sirvió para intercambiar experiencias para optimizar el rol de familiares, cuidadoras y cuidadores, determinantes en la toma de decisiones.
"Algunos reportes estiman que un 80 por ciento de las y los pacientes con condiciones crónicas y/o discapacidad presentan trastornos en la alimentación. El Hospital articula diferentes servicios para acompañar y potenciar su desarrollo”, explicaron desde Clínica de Deglución y Conducta Alimentaria, grupo que trabaja desde hace diez años de forma interdisciplinaria sobre las dificultades en la alimentación de las niñas, niños y adolescentes con patologías.
“Nos parece fundamental difundir y empoderar a las y los profesionales que se ocupan del seguimiento de pacientes con patologías crónicas. Esta es la primera vez que convocamos específicamente para el seguimiento de estos dos grupos, que son muy prevalentes entre las y los pacientes que atendemos en el Hospital”, dijo Carola Saure, jefa clínica del servicio de Nutrición y coordinadora de la jornada.
La parálisis cerebral describe a distintos trastornos permanentes del desarrollo del movimiento y la postura. Provoca limitaciones en la actividad y alteraciones de la sensación, percepción, cognición, comunicación y conducta. El trastorno del espectro autista, por su parte, es una condición que afecta al desarrollo en la comunicación, interacción social y conducta de las personas.
En el caso de las niñas, niños y adolescentes con TEA y PC, las dificultades en la alimentación y deglución consisten en el rechazo de cierto grupo de alimentos, selectividad alimentaria, falta de interés en la comida, dificultad en la organización de las rutinas y el establecimiento de hábitos alimentarios, arcadas, vómitos o ahogos, babeo constante y dificultad para tragar, entre otras.
“Es indispensable abordarlo interdisciplinariamente porque las dificultades son heterogéneas y multifactoriales e interfieren en la calidad de vida de las niñeces, ocasionando impacto severo nutricional”, explicaron desde el grupo de trabajo, que educa a la comunidad y a los equipos de salud sobre los desafíos relacionados a la alimentación.
La jornada contó con la participación de casi 100 profesionales de la salud, principalmente integrantes de equipos de trabajo con tarea asistencial: fonoaudiología, pediatría, terapia ocupacional, nutrición, kinesiología, psicología y médicas y médicos en general.
Además de Saure, también estuvo coordinada por Guillermina Soraiz, jefa clínica del servicio de Condiciones Crónicas Complejas y Dalma González, fonoaudióloga del servicio de Kinesiología. También participaron Mercedes Ruiz Brunner de nutrición, Nora Panigo de fonoaudiología, Graciela Filomena de terapia ocupacional, y Paula Pedernera y Emanuel Bellantonio, pediatras especialistas en desarrollo.