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Reforzar la información y prevención, mejorar la disponibilidad y calidad de las pruebas diagnósticas y los tratamientos y mantener la adherencia especialmente de pacientes adolescentes, son clave para evitar el avance de la enfermedad. “Sigamos el camino de los derechos”, es el lema de ONUSIDA este año. 

El servicio de Epidemiología e Infectología del Garrahan destacó la importancia de garantizar el acceso a la información, el uso de profilaxis pre-exposición al VIH en el primer nivel de atención y en los centros comunitarios, y el contacto inmediato con el sistema de salud para iniciar el tratamiento y lograr una carga viral indetectable.  

Las recomendaciones fueron realizadas por equipo de Epidemiología e Infectología en una puesta al día en el marco del mes de la lucha contra el Sida. “Una persona con carga viral indetectable no transmite el virus por vía sexual y le permite llevar una vida sana y activa”, remarcó la especialista Solange Arazi. “El lema nos recuerda la necesidad de garantizar el acceso a la salud, la confidencialidad del diagnóstico y una atención integral para todas las personas”, agregó. 

En 2024 el Garrahan atiende y realiza el seguimiento de 97 pacientes. El 50% son adolescentes y es importante la continuidad del tratamiento cuando pasan a la medicina del adulto para lograr la retención de esta población vulnerable en el sistema de salud, donde se mantienen altas tasas de mortalidad cuando abandonan el tratamiento. Desde 2007, el servicio realiza la transición de alrededor de 15 adolescentes anuales. 

Durante la puesta al día, se hizo referencia a la transmisión perinatal del VIH que implica la transmisión del VIH de la madre al hijo durante el embarazo, el parto (también llamado trabajo de parto) o la lactancia materna. 

El objetivo de la Organización Panamericana de la Salud es la reducción de la tasa de transmisión vertical a menos del 2%. En nuestro país, la tasa de transmisión vertical disminuyó a entre el 1.5 y el 2% respecto del 4% del año pasado. Argentina dispone de tratamientos y métodos de testeo tanto para las embarazadas como para los niños expuestos. 

Sin embargo, en los últimos años se ha observado un aumento en los casos de transmisión viral de madre a hijo a través de la lactancia materna. “Es fundamental que las madres realicen controles regulares durante el embarazo y el postparto, sobre todo si están amamantando, para detectar cualquier infección y tomar las medidas necesarias para proteger a sus bebés”, señaló. 

El testeo temprano en todos los trimestres del embarazo y el tratamiento precoz de la embarazada es fundamental para la prevención de la transmisión vertical, así como la profilaxis en el recién nacido. Luego del parto, la lactancia materna ha pasado a estar en las guías de diversos países como "no recomendada" cuando antes se consideraba una contraindicación. 

Solo se acompaña la lactancia materna en situaciones ideales, con madres que conocen su diagnóstico antes del embarazo y se encuentra carga viral suprimida durante toda la gestación y posteriormente. De no ser así, sigue siendo no recomendado para evitar infecciones en el recién nacido.  

“Con tratamiento antirretroviral y carga viral indetectable, el riesgo de transmisión a través de la lactancia es bajo, pero no nulo. Y esto es importante que las madres lo sepan antes de decidir amamantar”, advirtió el servicio de Infectología. 

Arazi explicó que “es importante mantener el acceso a la información y la no criminalización de aquellas personas que deseen amamantar, si se encuentran en un contexto cuidado y en el que se pueda asegurar el seguimiento madre-hijo”.  

El tratamiento antirretroviral tiene un gran impacto, ya que las personas que viven con VIH mantienen su carga viral indetectable por al menos 6 meses con este tratamiento, por lo que no transmiten el virus por vía sexual a otras personas.  

La profilaxis post exposición y pre-exposición son utilizadas como prevención ante situaciones de riesgo, y conocer estas herramientas es importante para garantizar el acceso igualitario desde la salud pública.  

Hoy, alrededor de 2.7 millones de personas en América Latina y el Caribe viven con VIH. Sólo en 2023, aproximadamente 135 mil personas adquirieron el virus, y 35 mil murieron por causas relacionadas con el sida.