Columna de opinión

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La salud mental es un derecho de todos y de todas, que está relacionado con el bienestar general. Tiene que ver con la comunidad donde las personas viven y se desarrollan. En el caso de las niñas y niños, con el desarrollo personal, la familia con la que conviven y la integración a la comunidad, especialmente la escuela. Todo ese conjunto, en el caso de que se dé armónicamente, va a constituir un estado de bienestar y salud mental.

El servicio de Salud Mental del Hospital Garrahan fue creado en 1988, dirigido a proteger la salud emocional de los pacientes con enfermedades médicas.

Los pacientes que se tratan en este hospital, que es de alta complejidad, deben enfrentar desafíos poco frecuentes para los niños. Por ejemplo: seguir tratamientos prolongados que requieren procedimientos repetidos, adherencia a rutinas de medicación y otro tipo de cuidados especiales.

En ocasiones son niños, niñas y adolescentes que presentan características físicas que podrían estigmatizarlos, dificultades cognitivas y trastornos de salud mental que demandan formas especiales de inclusión en las áreas que son cruciales para el desarrollo, como la escolaridad.

La psicología ha desarrollado líneas de intervención eficaces para mejorar el afrontamiento de los diferentes desafíos y optimizar la calidad de vida de niños y niñas de sus familias.

En el servicio de Salud Mental nos ocupamos justamente de eso. Tenemos la misión de hacer más transitable para pacientes y padres, el camino difícil de la enfermedad médica.

Para eso, los psicólogos y psiquiatras que formamos el servicio, estamos cada uno integrado a equipos interdisciplinarios. El sello fundacional del servicio fue la interdisciplina, y este modo de trabajo se ha fortalecido a través de los años. En el trabajo cotidiano no hay jerarquías de opinión. Cuando aportamos al tratamiento de un paciente, las personas, de todas las profesiones, valoramos por igual la contribución que podemos hacer.

Dentro de los equipos interdisciplinarios, el pediatra y los diferentes especialistas que participan del tratamiento, trabajamos juntos.

Los distintos profesionales nos conocemos bien, justamente porque trabajamos juntos y compartimos y decidimos juntos en innumerables situaciones que tienen puntos en común, entonces vamos forjando una línea de trabajo consensuada. Esto es muy ventajoso para los pacientes, porque reciben opiniones que son coherentes entre sí, y brinda mucha consistencia a la práctica de salud.

Los profesionales de salud mental, en particular, aportamos información, opiniones y propuestas a los otros especialistas tratantes, intentando que los tratamientos se adapten, o se ajusten lo más que se pueda, a las necesidades singulares de cada uno de los pacientes y familias.

Con los pacientes, realizamos actividades preventivas y terapéuticas. Las actividades preventivas tienen tanto formato grupal como individual y familiar. Una vez que conocemos en profundidad las necesidades y los riesgos comunes de determinado grupo de pacientes, intervenimos sobre esos puntos generales para evitar que esas necesidades y riesgos se conviertan en problemas. Realizamos folletería, videos, grupos de padres y de niños, entre otros recursos.

El servicio coordina también una sala de juegos terapéutica que estimula la actividad de juego e intercambio de los pacientes que se encuentran internados, y que permite también detectar tempranamente la conveniencia de intervenir psicoterapéuticamente con los pacientes, ya que la sala es atendida por profesionales psicólogos.

En el plano terapéutico, se realiza diagnóstico, psicoterapia y tratamiento psicofarmacológico a los pacientes, siempre dentro de esa población hospitalaria que se trata por una enfermedad médica.

Tanto en las salas de internación de cuidados moderados e intermedios como en las unidades de cuidados intensivos y en las áreas de atención ambulatoria, hay psicólogos y psiquiatras recorriendo habitaciones, conversando con médicos o asistiendo a los niños y adolescentes que se atienden allí.

Desde Salud Mental se atienden también consultas desde el sector de emergencias del hospital, por ejemplo, a los pacientes que atraviesan una situación médica inesperada, como ocurre en los accidentes viales.

El equipo de salud, en contacto diario con la enfermedad, el dolor y la muerte, no está exento de la necesidad de recibir cuidados emocionales. Es así que, a las actividades de prevención y psicoterapia de los pacientes con enfermedades médicas, se sumaron acciones dirigidas al cuidado de la salud emocional de los profesionales: talleres, grupos de reflexión sobre la tarea, y otras actividades de enlace.

Estamos orgullosos de ofrecer cada vez una atención más eficiente, y siempre comprometida con los pacientes y la comunidad hospitalaria del Garrahan.

Dra. Alejandra Bordato
Jefa del Servicio de Salud Mental

Lic Debora Farberman
Jefa de Clínica del Servicio de Salud Mental