Salud pública

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El último domingo de agosto el hospital pediátrico nacional trasplantó con éxito el corazón a un niño de 4 años, el hígado a una beba de un año y el pulmón a una adolescente de 13. Con un gran despliegue logístico y la articulación de distintas áreas de soporte además de los equipos en quirófano, el Garrahan ejecutó tres intervenciones de la más alta complejidad pediátrica.

El grupo de WhatsApp de Trasplante Hepático del Garrahan se activó el sábado a las 16:58: Probable operativo para una paciente de 12 meses con atresia biliar decía el primer mensaje.

La comunicación se extendió al mismo tiempo entre cirujanos cardiovasculares y pulmonares, anestesistas e instrumentadoras. La donación multiorgánica, proveniente de un hospital público de Junín, permitiría al Hospital Garrahan trasplantar en simultáneo a tres pacientes.

12 horas después, tras un operativo que incluyó viajes en avión y ambulancia, y requirió la presencia de un equipo de casi 100 personas, además de los equipos de soporte, el hospital llevó adelante tres intervenciones que permitieron implantar un corazón a un niño de 4 años, el hígado a una beba de 1 año y el pulmón a una adolescente de 13.

“En primer lugar, agradecer y valorar la solidaridad de una familia que frente a un hecho trágico como es la muerte de un ser amado trasciende al acto de donar los órganos y decide ayudar a otros niños, niñas o adolescentes”, destacó la presidenta del Consejo de Administración del Hospital Garrahan, Gabriela Bauer, y agregó “en segundo lugar, reconocer la dedicación, el esfuerzo y la actitud de las maravillosas personas del hospital que se articulan de inmediato en equipo para hacer posible este resultado”.

Bauer valoró además “la importancia de la Ley que promueve la donación de órganos y la tarea de procuración que impulsa el INCUCAI como organismo clave para que todo esto se produzca”.

“No es la primera vez que el Hospital lleva adelante una triple intervención en simultáneo y eso habla de una continuidad y representa un orgullo para nuestra institución y un verdadero hito para la salud pública pediátrica de la que formamos parte y trabajamos para sostener y mejorar todos los días”, expresó Patricia García Arrigoni, directora médica ejecutiva.

Como siempre que se inicia un operativo de trasplante, lo más importante es asegurar la logística para que, como un mecanismo de relojería, cada quien ocupe su lugar a la hora señalada. A esa complejidad habitual, en este caso, se sumó el volumen de los equipos de profesionales y técnicos por la simultaneidad de trasplantes que permitió la donación multiorgánica.

Desde que se produce la ablación de los órganos hasta su implante, el tiempo de isquemia fría para un corazón o pulmón es de cuatro horas, mientras que para el hígado ese tiempo puede extenderse entre 24 y 36 horas. El hecho de que el donante proceda, en este caso, de un hospital de la localidad bonaerense de Junín requirió que un equipo del Garrahan se trasladara hasta allí en avión a realizar la ablación para regresar de inmediato y trasplantar a los tres pacientes previamente preparados.

“Tener la disponibilidad de reunir a todo ese personal, que es muy importante, en equipos diferentes, hacerlo en forma simultánea en tres quirófanos y contar con casi 100 personas un fin de semana en que la mayoría debe dejar sus compromisos, familia, cumpleaños, para acudir al llamado, es algo que nos enorgullece y valoramos como equipo”, expresó el jefe de Cirugía Cardiovascular, Trasplante Cardíaco y Cirugía Vascular Periférica, Pablo García Delucis.

Para el trasplante cardíaco, que se desarrolló en 4 horas y 50 minutos, se utilizó un corazón más grande porque el paciente receptor tenía hipertensión pulmonar, algo que fue evaluado junto a la jefa del área clínica del servicio, la doctora Dora Haag. La intervención no difirió de una práctica habitual para el equipo, aunque sí hubo profesionales de esta área colaborando en el trasplante bipulmonar que requirió el uso de bombas de inflación extracorpórea y se prolongó por seis horas.

Un avión a Chacabuco

La adolescente de 13 años que recibió el pulmón era una chica sana hasta hace un año y medio. Pero una neumonía necrotizante le dejó una secuela para la que el único tratamiento posible era el trasplante. En marzo hubo un operativo frustrado porque el donante hizo un paro cardio respiratorio y el órgano que iba a llegar dejó de ser útil antes de tiempo.

Mariano Boglione es uno de los coordinadores del Centro Quirúrgico del Garrahan, encabezó el equipo que implantó el pulmón e integró la comitiva que el sábado 26 de agosto viajó a intervenir al donante.

“El problema que se planteó es que ahí no hay aeropuerto y tuvimos que buscar uno alternativo, en Chacabuco, y usar un avión más pequeño -turbohélice- porque era una pista de tierra”, cuenta hoy, satisfecho por el logro. Del operativo de ablación participaron seis profesionales, incluido el piloto.

El trasplante de pulmón es el más infrecuente de todos. El último previo a éste fue en marzo de 2020, antes de iniciarse la pandemia. Esto obedece en parte a una buena noticia: los avances de los tratamientos de la fibrosis quística, que es la principal causa de trasplante pulmonar, permiten que los pacientes pediátricos mejoren sin necesitar el trasplante.

Alta complejidad para el tratamiento humanizado

El servicio de Trasplante Hepático del Garrahan está por cumplir los 1000 trasplantes después de haber sido el primero en realizar un trasplante hepático pediátrico en un hospital público de Argentina en 1992.

La noticia sobre la posibilidad de un operativo de trasplante triple los sorprendió trabajando: estaban trasplantando a otro paciente con un órgano proveniente de un donante vivo.

“La logística enorme para hacer tres simultáneos es el diferencial de este trasplante. Coordinar y tener los quirófanos del hospital listos y que más de 100 personas que no están en ese momento, se reúnan en el hospital y participen en el operativo”, destaca Oscar Imventarza, jefe de Trasplante Hepático.

Detrás de la “alta complejidad” médica que requiere esta terapéutica hay anestesiólogos, instrumentadoras quirúrgicas, cirujanos y cirujanas torácicos, cardiovasculares, hepáticos, perfusionistas, hemoterapistas, neumonólogos, cardiólogos, hematólogos, asistentes administrativos, choferes y pilotos de avión, además de los equipos de soporte y cuidado post trasplante.

“Este triple trasplante significa que el Hospital Garrahan sigue llevando la bandera de la trasplantología infantil en la Argentina y eso es muy importante”, valoró Imventarza, y agregó “continuamos trabajando en la senda de hacer cuarenta y cinco trasplantes hepáticos por año para mejorar la calidad de vida de los pacientes que lo necesitan”.