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El servicio de Nefrología, Diálisis y Trasplante Renal y el área de Alimentación realizaron una charla informativa para concientizar sobre el Síndrome Urémico Hemolítico (SUH).

Para promover la prevención y las formas de trasmisión de esta grave enfermedad, el servicio de Nefrología, Diálisis y Trasplante Renal y el área de Alimentación compartieron información útil a través de una charla abierta a las familias en el piso blanco del Garrahan.

Marta Adragna, jefa del servicio de Nefrología, conversó con las familias sobre las características del SUH, cómo son sus formas de trasmisión y de qué manera puede prevenirse la enfermedad en los hogares, y subrayó que “la ingesta de alimentos y agua contaminada por la bacteria escherichia coli es la principal causa de contagio”.

“Para prevenir el SUH es importante mantener la limpieza de los espacios donde se cocina y realizar el correcto lavado de manos. Además, al preparar las comidas es necesario separar los alimentos crudos de los cocidos, lavar muy bien las verduras y las frutas con agua segura y potable y cocinar correctamente los alimentos como la carne”, explicó Adragna.

El SUH es una enfermedad endémica que afecta principalmente a niñas y niños de 0 a 5 años y a adultos mayores. Se caracteriza por el daño agudo de los riñones asociado a alteraciones en las células de la sangre y anemia, con una mortalidad del tres por ciento.

Provoca síntomas como diarrea, que a veces puede contener sangre, palidez, debilidad, irritabilidad y disminución de la orina. Se puede transmitir por el contacto con otra persona enferma o con un portador de la bacteria que no lo está.

Clarisa Vezzani, jefa de Clínica del área de Alimentación, afirmó que “es muy importante concientizar a la comunidad sobre los riesgos, ya que se puede prevenir a través de una serie de hábitos que pueden incorporar las personas en su vida cotidiana”.

Algunas de las recomendaciones más adecuadas son:

- Procurar comprar en lugares limpios, habilitados, que mantengan los alimentos que necesitan frío, en forma adecuada.

- Con respecto a la carne picada, es importante que el picado sea en el momento de la compra.

- Transportar en bolsas separadas alimentos crudos de cocidos.

- Guardar en la heladera las carnes crudas en envases profundos para que no caigan sus jugos.

- Cocinar bien las carnes, especialmente las picadas, sin que queden partes rosadas. En pastel de papas, empanadas, salsa boloñesa, albóndigas conviene hacerlas caseras no muy gruesas para mayor seguridad y con doble cocción.

- Evitar la contaminación cruzada al separar los elementos de cocina de carnes crudas con alimentos cocidos o listos para consumir.

- Lavarse siempre las manos, especialmente antes de cocinar, de darle la comida a los niños o de comer.

Los alimentos que pueden estar contaminados con esta bacteria son:

Carne: La bacteria puede encontrarse en la superficie de la carne cruda y sus jugos, y de la carne picada y alimentos preparados con ella como hamburguesas, albóndigas, arrollados de carne, salame y chorizos.

Frutas y verduras: Lechuga, repollo, espinacas, coles, brotes de soja y alfalfa y otros vegetales que se consumen crudos. Frutas sin lavar en especial las rastreras.

Leche sin pasteurizar y los productos lácteos elaborados a partir de ella, en especial los quesos blandos poco estacionados.

Los alimentos cocidos y listos para consumir también se pueden contaminar a través de las manos de quien lo prepara, de las superficies, de utensilios o de alimentos crudos contaminados.

El agua utilizada para beber y cocinar puede estar contaminada con STEC, cuando no proviene de una red y no recibe un tratamiento adecuado o las conexiones no son seguras.