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Alimentación saludable, actividad física y controles periódicos desde la primera etapa de vida aumenta las posibilidades de evitar las enfermedades cardiovasculares, la principal causa de muerte en la población adulta. En el Día Mundial del Corazón, repasamos las buenas prácticas para el desarrollo de niñeces saludables.

Promover la lactancia hasta los 24 meses, realizar controles periódicos y conocer los síntomas y factores de riesgo cardiovascular para obtener un diagnóstico y tratamiento oportuno en la población infantil son acciones necesarias para prevenir las enfermedades cardiovasculares desde la infancia.

Las enfermedades del corazón son la principal causa de muerte en la vida adulta en Argentina y en el mundo.

“Los hábitos saludables recomendados son promover la lactancia en los bebés, mantener una dieta variada, nutritiva y balanceada, tomar suficiente agua, evitar el exceso de sal y hacer chequeos médicos periódicos y realizar actividad física acorde a la edad”, dijo la jefa del servicio de Cardiología del Hospital Garrahan, Gladys Salgado.

Además, destacó la relevancia de advertir a las y los adolescentes los daños del sedentarismo, el alcohol y el cigarrillo. “Es importante una adecuada sensibilización por parte de las y los adultos, que somos guías, para que las niñas y niños aprendan comportamientos saludables”, enfatizó.

Mantener un corazón sano es importante para reducir las posibilidades de tener hipertensión arterial, diabetes, colesterol elevado y obesidad, principales factores de riesgo en adolescentes y adultos jóvenes y que pueden causar enfermedades cardiovasculares tales como infarto de miocardio y accidente cerebrovascular, principales causas de muerte a nivel global.

En el Garrahan, el servicio de Cardiología atiende unas 10 mil consultas y realiza cerca de 500 cirugías cardiovasculares por año. En la infancia, las patologías más frecuentes son las cardiopatías congénitas. “En la actualidad el 90 por ciento de las cardiopatías tiene resolución quirúrgica y más del 85 por ciento de las niñas y niños portadores de enfermedades cardíacas congénitas llegan a la edad adulta”, remarcó la médica.

“Las niñas y niños con corazones reparados e incluso trasplantados requieren de una dieta saludable y sin excesos. Pueden y deben realizar actividad física acorde a su condición cardiovascular. Limitar el ejercicio solo por el hecho de haber sido tratados del corazón es uno de los peores errores que a veces se cometen”, agregó la especialista.

Como cada 29 de septiembre, el Día Mundial del Corazón es una oportunidad para crear conciencia sobre las enfermedades cardiovasculares. Este año el lema utilizado es “Tu salud vale oro”. La fecha fue instaurada en el año 2000 por la Federación Mundial del Corazón con el apoyo de la OMS y la Unesco. Unos 17 millones de personas mueren por año a causa de estas enfermedades: un tercio de la población mundial.