Las altas temperaturas son caldo de cultivo para la reproducción de virus y bacterias. Por eso, infecciones como las diarreas se vuelven más frecuentes en bebés, niños y niñas durante este período. Principales cuidados y cómo actuar frente a los síntomas.
El Hospital Garrahan brinda una serie de recomendaciones para prevenir las diarreas en bebés, niñas y niños. Las diarreas son infecciones cuya prevalencia aumenta en verano, causadas principalmente por la contaminación del agua o la incorrecta manipulación de los alimentos.
Una de las causas más frecuentes de las diarreas está ligada al uso del agua. La contaminación del agua se traslada a los alimentos. “Si no se cuenta con agua segura, una de las opciones es hervirla, dejarla enfriar o echarle gotas de hipoclorito de sodio – lavandina- para clorarla”, recomienda Pablo Barvosa, jefe de Mediano Riesgo del Hospital Garrahan.
Por otra parte, la mala cocción de los alimentos puede permitir el ingreso de distintas enterobacterias, entre las cuales se destaca la escherichia coli, causante de una diarrea sanguinolenta que ocasiona insuficiencia renal aguda y se manifiesta en la población infantil como Síndrome Urémico Hemolítico (SUH). La mitad de los casos de SUH en el mundo ocurren en Argentina, siendo ésta la causa de insuficiencia renal (IRA) más frecuente en niñas y niños.
La contaminación también puede generarse, por ejemplo, al utilizar el mismo cuchillo en la carne cruda y cocida.
Cuando un bebé, niña o niño cursa el primer día de diarrea, se aconseja asistir a un centro de salud, sobre todo si es muy profusa. Las y los bebés tienden a deshidratarse más fácilmente. “Cuanto más precoz sea la consulta es mejor, porque ya se pueden dar las indicaciones para que vayan actuando rápidamente”, indicó Barvosa.
Ante la aparición de la diarrea, es primordial controlar que la persona se mantenga bien hidratada y que respete estrictamente la dieta indicada por la o el pediatra. También es fundamental que no deje de comer, inclusive incorporando alimentos ricos en sodio. El proceso, habitualmente, dura entre siete y diez días.
Las principales sugerencias para evitar las diarreas son: cocinar completamente los alimentos —especialmente carnes y huevos—, evitar la contaminación cruzada y separar los crudos de los cocidos, mantener limpio el lugar donde se cocina, controlar las fechas de vencimiento, conservar su refrigeración y utilizar agua segura para lavar las frutas y verduras y para cocinar.